Apuntes de Teatro

Sunday, August 19, 2007

Senderos

Para mi la verdad de la actuación es abrirme yo misma de tal modo, que el personaje pueda manifestarse a través de mi persona. Si el personaje necesita llorar, llora el personaje, no yo. Es Liv revelada, y yo misma puedo mantenerme a un lado y observar. Es como tener un instrumento tan afinado que siempre que uno desea tocar con el, emite hermosos sonidos. En los mejores momentos eso puede suceder. Creo que el desafío de la actuación es precisamente hallar esa verdad.

Liv Ullmann

Los japoneses solían producir un plato especial para aceite, un objeto de hermoso diseño pero muy barato. La decoración era nada más que un sauce dibujado con unos pocos trazos suaves de pigmento. Como estos platos costaban casi nada, se usaba a los niños para pintar el diseño. Los grandes alfareros modernos dicen que los adultos no pueden pintar así. Carecen de la inocencia necesaria para dibujar un árbol con solo dos líneas, porque el alma ya no es pura.

Ignoro de que modo uno recobra la pureza del alma. En todo caso, la interpretación debe provenir de un espíritu sin mácula. Es el centro de la gravedad. Ahí esta la dificultad.
Nunca puedo revelar todo lo que soy por dentro, todas las contradicciones, todo el miedo y los sueños y las esperanzas frustrados. La totalidad de las facetas contradictorias, los colores, los sufrimientos y la felicidad, todo lo que soy.

Aunque de todos modos el punto de partida tiene que estar en un centro muy próximo al de un niño que puede pintar un sauce con dos trazos.

Liv Ullmann

Teatro Pobre

" Por que nos interesa el arte?. Para cruzar nuestras fronteras, sobrepasar nuestras limitaciones, colmar nuestro vacio, colamrnos a nosotros mismos. No es una condicion, es un proceso en el que lo oscuro dentro de nosotros se vuelve de pronto transparente. En esta lucha coin la verdad intima de cada uno, en este esfuerzo por desenmascarar el disfraz vital, el teatro, con su perceptividad carnal, siempre me ha parecido un lugar de provocacion. Es capaz de desafiarse a si mismo y a su publico, violando estereotipos de vision, juicio y sentimiento; sacando mas porque es el reflejo del halito, cuerpo e impulsos internos del organismo humano. Este desafio al tabu, esta transgresion, proporciona el choque que arranca la mascara y que nos permite ofrecernos desnudos a algo imposible de definir pero que contiene a la vez a Eros y a Carites."...

Jerzy Grotowski ("Hacia un teatro pobre")

Wednesday, September 06, 2006

¿Qué es un títere?

Ante la pregunta ¿Qué es un títere? Aparecen infinidad de respuestas.
Para Cecilia el títere es un instrumento de expresión. Un objeto inanimado hasta que le creamos historia. Un instrumento de arte. El arte mismo. Por último, un divertimento.
Para María Rosa es la oportunidad de “poder mostrar mi otro yo”. Alejandra define al títere como “un muñeco que divierte. Algo que se quiere integrar”. Para Alicia el títere es “algo muy mágico, que me conecta con mi niño interior”. Lidia reafirma: “Volví a mi niñez. El títere es un muñeco que habla y puede decir lo que nosotros pensamos”. Para Román “el títere es un disfraz”. María Esther ve en el títere “la posibilidad de expresar y ver cosas ahí, lo bueno y lo malo”.
El títere es esto y mucho más. Algunas definiciones se parecen entre sí, otras se complementan.

Para el diccionario, un títere es “una figurilla de madera, trapo o carton (goma espuma, telgopor, materiales desechados, agregamos nosotros) a la que se mueve con hilos o con la mano. También da como una acepción de títere: “persona sin carácter que se deja dominar por otra”. Según Margareta Niculescu “El títere es una imagen plástica capaz de actuar y representar”.
Mi profesor de títeres del Teatro San Martín, Roberto Docampo, esboza una síntesis del títere como “un instrumento de expresión”.

Para mi el títere es un pasaporte a la fantasía. La oportunidad de seguir jugando, vencer inhibiciones, poder darme el gusto (lujo) de ser nuevamente como un niño sin sentirme juzgado. El títere es un instrumento de sanación, que me permite curar el “niño herido” que todos, en mayor o menor medida, llevamos dentro. También me permite sanar mi “adulto herido”, sintiéndome protegido y a salvo como debería estar un niño, y recreando una situación de calidez. El títere me permite componer una atmósfera de seguridad, materializando temores para poder enfrentarlos con las herramientas apropiadas.

El títere es un elemento lúdico. El títere deja de ser objeto cuando lo dotamos de alma, entonces lo convertimos en un sujeto animado. En este punto siempre narro el cuento de Pinocho, sobre un anciano carpintero que se sentía solo y concretizó en la imagen de un muñeco, su compañía. Era tal amor que profesaba Jepeto por el muñeco que este cobró vida y se convirtió en un ser humano (al menos para él). En la niñez, nuestros muñecos tienen alma, les ponemos nombres, los arropamos, los vestimos, jugamos a llevarlos al colegio, y hasta los retamos como si ellos hubieran podido portarse mal. El muñeco está lleno de vida en el imaginario del niño. El títere nos permite adentrarnos en el Reino de la Fantasía, apropiarnos, adueñarnos de el. Como adultos el títere resulta un disparador de la creatividad, rescatando el potencial infinito de la imaginación.

Indudablemente el teatro de títeres es un género artístico, y como tal, un instrumento de arte.
El títere nos da tantas posibilidades como personas haya sobre la faz de la tierra, porque para cada uno de nosotros el títere será algo igual y distinto.

Gabriel Rugiero

Saturday, August 19, 2006

Carta de la Tíí, 7 de agosto 2006



Querido Gaby:

¿Cómo va eso? ¿cómo va eso? (Saludo al más puro estilo Gallego). No hay caso, con la compu no me llevo bien, sigue resultándome un aparato frío e impersonal. Además no me gusta que anden revoloteando alrededor mío porque ya no es una carta sino una conversación abierta entre todos.

Te felicito por el espectáculo que realizaste pero siempre hiciste cosas muy buenas y sos muy emprendedor y estás a la vanguardia de todo.Estuve pensando en lo de los títeres y me acorde de muchas cosas (y es mucho decir dado el “gagaismo” que comienza a aparecer lentamente).

Me acordé de los títeres de papel maché que hicimos entre los dos. Eran seis. Te acordas que después te los dí. Gaby, a confesión de partes, nosotros estábamos chochos, pero eran espantosos. Te acordás de los pelos de uno de ellos. Y las caras, parecían extraterrestres. Realmente, lo que se dice artesanos no eramos, pero eso sí, nos divertimos mucho.Inclusive fuimos tan caraduras que en un cumpleaños hicimos una obra nada menos que de Javier Villafañe (capo total). La abuela Sara nos ayudó con la ropa (era lo único bien hecho). Encima como eran tan “bonitos” los hicimos enormes. Gaby, la verdad, nos querían mucho a los dos porque nos decían que estaban bárbaros. Yo creo que me inspiré en las obras de Narcizo Ibáñez Menta.Yo te había regalado una casa pantalla de títeres alucinante. Pensándolo bien creo que zafamos gracias a la casita naranja con bombitas de todos los colores. Gaby ¿Qué hiciste con todas esas maravillas?

Además lo primero que viste en un teatro infantil independientemente de la calle San Martín en el centro, fue una obra de títeres. Tenías 3 ½ años. Te enloqueciste tanto que quisiste subir al escenario para ver como eran las cosas. Por supuesto, en nene pedía y tía “babosa cumplía”. Cuando terminó la función, me metí con vos como pude por atrás y les pedí que por favor te mostraran todo. Al principio no querían porque se acababa la magia, etc, pero Oh! Como terminó todo! Haciendo títeres con ellos y vos corriendo por todos lados. Ya a esa edad eras un rompepelotas. Había una chica que se copo tanto con vos que se reía y decía que eras tan lindo que te iban a usar de títere. A ese grupo lo seguimos por todos lados y ya estaban tan acostumbrados a vos que ibas y venías por el escenario.

Gaby, a vos solo te llevé a ver tantos infantiles que ni me acuerdo. Inclusive Pepito Cibrian empezó a dirigir teatro infantil y hasta él estuvo con vos explicándote todo lo que le preguntabas y estaba fascinado.En esa época todos los independientes y no independientes eran informales y hacían teatro de otra manera. Te llevé al teatro Gral. San Martín y hasta allí te dejaban pasar.

Cuando nacieron Laura y Paola igual seguimos llevándote, el tío al zoo (very original) y la abuela y yo a ver muchas obras infantiles pero la situación no había cambiado por el nacimiento de las niñas, si no porque la época era distinta. Aparecieron las Super Producciones como Walt Diney en el Luna Park; la magia del teatro había cambiado. Grandes colas para entrar, la venta de todo el “merchandising”, la frialdad entre artistas y espectadores transformaron esa cosa maravillosa en algo frío y terrible.Incluso a mi me sucedió lo mismo Las obras que más disfruté fueron las de teatro independiente y sus debates posteriores.

No sé Gaby, me iré acordando de más cosas pero sí tené en claro que para vos indudablemente el mundo del espectáculo siempre te fascinó y no se en que seguirás, pero por muchas cosas pasaste, la rueda giró y estás nuevamente con los títeres, escenografía etc; es decir detrás de bambalinas.Espero que estos recuerdos te ayuden a armar tu rompecabezas pero lo que hiciste fue muy fuerte y quizás aquí comience tu caminito, no al de la fama efímera de un televisor, sino al centro mismo de tu verdadero ser.Que Dios te ilumine, te proteja y te rodee siempre con su amor como lo hizo hasta ahora.

Te quiere mucho y te extraña, tu tíí.
Abrazos, besos y todo mi amor.

Martha Rugiero, El Bolsón.