Wednesday, September 06, 2006

¿Qué es un títere?

Ante la pregunta ¿Qué es un títere? Aparecen infinidad de respuestas.
Para Cecilia el títere es un instrumento de expresión. Un objeto inanimado hasta que le creamos historia. Un instrumento de arte. El arte mismo. Por último, un divertimento.
Para María Rosa es la oportunidad de “poder mostrar mi otro yo”. Alejandra define al títere como “un muñeco que divierte. Algo que se quiere integrar”. Para Alicia el títere es “algo muy mágico, que me conecta con mi niño interior”. Lidia reafirma: “Volví a mi niñez. El títere es un muñeco que habla y puede decir lo que nosotros pensamos”. Para Román “el títere es un disfraz”. María Esther ve en el títere “la posibilidad de expresar y ver cosas ahí, lo bueno y lo malo”.
El títere es esto y mucho más. Algunas definiciones se parecen entre sí, otras se complementan.

Para el diccionario, un títere es “una figurilla de madera, trapo o carton (goma espuma, telgopor, materiales desechados, agregamos nosotros) a la que se mueve con hilos o con la mano. También da como una acepción de títere: “persona sin carácter que se deja dominar por otra”. Según Margareta Niculescu “El títere es una imagen plástica capaz de actuar y representar”.
Mi profesor de títeres del Teatro San Martín, Roberto Docampo, esboza una síntesis del títere como “un instrumento de expresión”.

Para mi el títere es un pasaporte a la fantasía. La oportunidad de seguir jugando, vencer inhibiciones, poder darme el gusto (lujo) de ser nuevamente como un niño sin sentirme juzgado. El títere es un instrumento de sanación, que me permite curar el “niño herido” que todos, en mayor o menor medida, llevamos dentro. También me permite sanar mi “adulto herido”, sintiéndome protegido y a salvo como debería estar un niño, y recreando una situación de calidez. El títere me permite componer una atmósfera de seguridad, materializando temores para poder enfrentarlos con las herramientas apropiadas.

El títere es un elemento lúdico. El títere deja de ser objeto cuando lo dotamos de alma, entonces lo convertimos en un sujeto animado. En este punto siempre narro el cuento de Pinocho, sobre un anciano carpintero que se sentía solo y concretizó en la imagen de un muñeco, su compañía. Era tal amor que profesaba Jepeto por el muñeco que este cobró vida y se convirtió en un ser humano (al menos para él). En la niñez, nuestros muñecos tienen alma, les ponemos nombres, los arropamos, los vestimos, jugamos a llevarlos al colegio, y hasta los retamos como si ellos hubieran podido portarse mal. El muñeco está lleno de vida en el imaginario del niño. El títere nos permite adentrarnos en el Reino de la Fantasía, apropiarnos, adueñarnos de el. Como adultos el títere resulta un disparador de la creatividad, rescatando el potencial infinito de la imaginación.

Indudablemente el teatro de títeres es un género artístico, y como tal, un instrumento de arte.
El títere nos da tantas posibilidades como personas haya sobre la faz de la tierra, porque para cada uno de nosotros el títere será algo igual y distinto.

Gabriel Rugiero

1 Comments:

Blogger Laura said...

Nunca me hice esta pregunta y creo que respondería todo lo que han contestado. Un títere es una llave para el lado nuestro que no abrimos.
Abrazos

7:02 AM  

Post a Comment

<< Home